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Historia del Esparto en Águilas

 Juan Hernández Calvo

Los factores económicos, según Antonio Morata, son esenciales para comprender la fundación y repoblación de Águilas en la segunda mitad del siglo XVIII. Durante este tiempo se suceden una serie de fases económicas que presentan los siguientes rasgos comunes. El comercio siempre ha desempeñado un papel fundamental. A través del ferrocarril, el puerto y la carretera, se ha dado salida al producto o productos del momento (barrilla, cereales, esparto, minerales, tomates, etc.…)

 

Desde la fundación del municipio, la actividad se puede distinguir en cuatro fases económicas:

 

  1. Esparto y barrilla, que comprende desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. Período de nacimiento y despegue de la población, que comprende el último tercio del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX.

  2. Minería, desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1930. Período de fuerte crecimiento y consolidación de la población, desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1920.

  3. Fase agrícola-espartera, que abarca desde la década de 1930 hasta la de 1960. Fase de estancamiento demográfico.

  4. Agricultura moderna de regadío o fase del tomate, desde la década de 1960 hasta la actualidad. Período de nuevo crecimiento de la población.

 

Con la entrada del siglo XVIII, después de una época de cierto abandono del litoral lorquino, la situación va cambiando. Con el establecimiento del Departamento Marítimo de Cartagena, con jurisdicción sobre las fortificaciones costeras, aumenta la seguridad de la costa. Las tierras de la marina empiezan a tener una población estable y aparecen cortijos.

Con el establecimiento del libro comercio estas barrillas serían vendidas directamente por sus cultivadores a franceses e ingleses e incluso se exportarían a Asia y África sin la mediación de las casas comerciales monopolistas. Se obtendrían mejores precios y a cambio entrarían maderas, hierro, lino y otros géneros tan necesarios y, lo más importante, Águilas se convertiría en el centro de distribución de los productos del reino de Murcia, Jaén y Granada. Ya en 1796 aparecen datadas importantes partidas de exportación al extranjero por el puerto de Águilas.

 

En ese mismo año de 1785, con el nombramiento de un Alcalde Mayor, se inicia el período de segregación municipal. Este nombramiento es de la mayor importancia para la historia de Águilas ya que marca el momento a partir del cual tiene una autoridad civil (al parecer en los principios de Águilas el Gobernador de su Fuerte era quien detentaba la mayor autoridad. Lo que era un “sitio” pasa a convertirse en un “pueblo”.

 

Con el nombramiento del teniente Corregidor letrado, el arreglo del camino de Lorca al puerto de Águilas y la construcción del acueducto Tébar – Águilas quedan soslayados dos aspectos básicos sobre los que tenían que fundarse la nueva población, el tercero, la libertad comercial del puerto, se consigue con anterioridad.

 

Puestas en funcionamiento con relativa eficacia las bases infraestructurales, el éxito final del proyecto segregacionista dependía, por un lado, de la gestión municipal en cuanto a su capacidad de gestión tributaria con el fin de cubrir las necesidades financieras imprescindibles para ofrecer y mantener un conjunto de servicios administrativos; y, por otro, para su repoblación, todo dependía del auge que tomaran los niveles de actividad de su puerto comercial, lo que, a su vez, estaba en función de la obtención, merced a los pantanos, de un crecimiento en términos físicos de su comerciales a favor de su distribución en un mercado internacionalizado.

 

Así pues, Águilas es concebida como el puerto a través del cual Lorca y su extensa comarca realizan sus intercambios con otros puntos de España y del extranjero. Esta función es el principal fundamento de su repoblación y da lugar a que el núcleo aguileño, con diversas oscilaciones, crezca de una manera continuada hasta mediados del siglo XIX. Pasa de unos 1500 habitantes en la fecha de su fundación a los 4000 de 1838.

 

En 1773, además de la actividad portuaria y agrícola, dependiente en su mayoría de los propietarios y comerciantes de Lorca, también se inicia un proceso de industrialización local con el esparto, que con el tiempo sería de una de las actividades principales de Águilas. La mano de obra de la manufactura de esparto la constituirá una población de pescadores y braceros dedicados a las faenas de carga y descarga de navíos en el puerto.

 

No obstante será con las repoblaciones de Floridablanca y Robles Vives cuando la población crezca con más fuerza y alcance un volumen demográfico importante. En 1787 hay poco más de 1600 habitantes y en 1793 se llega a los 1800. Se produce una importante corriente migratoria responsable de la casi totalidad de este crecimiento.

 

Floridablanca proyecta la construcción de los embalses de Puentes y Valdeinfierno como solución al problema agrario de la comarca. Con ellos se cuadruplicaría la superficie regada y también la producción con lo que, una vez abastecía la población, quedaría un importante excedente que habría que exportar siendo necesaria, ante las dificultades del tráfico interior, un puerto.

 

Los principales frutos o géneros exportados por Águilas en esta primera etapa del ESPARTO y la BARRILLA, son además de los que dan nombre a la fase económica, los cereales. El puerto de Águilas es muy activo durante las últimas décadas del siglo XVIII y principios del XIX. Sirve tanto como centro de salida de los productos de la comarca lorquina como de un amplio sector granadino-almeriense.

 

Esta función portuaria es la que produce el dinamismo económico suficiente para permitir el incremento demográfico. La mayor parte de la población está ocupada en la agricultura, dedicada tanto la producción de esparto, barrilla y cereales para el comercio como a la producción de otros frutos y productos para alimento de la población no agrícola y del personal de barcos que atracaban en la costa. En relación con el comercio también hay un número importante de arrieros y de jornaleros dedicados estos a tareas agrícolas y también a la carga y descarga de mercancías en el puerto. También hay que mencionar la pesca, actividad que tiene una cierta importancia sobre todo por las almadrabas.

 

Los últimos años del siglo XVIII presentan un estancamiento demográfico que se supera en la primera década del siglo siguiente por una nueva corriente migratoria procedente en su mayoría de Lorca. No obstante en este segundo impulso migratorio desciende la importancia de la población lorquina al tiempo que aumenta la de otros núcleos cercanos como Puerto Lumbreras, Mazarrón, Cartagena y Totana. También aumenta la participación andaluza y valenciana e incluso, la de otros lugares de España algunos extranjeros. Todo ello indica que estamos ante un núcleo en vías de consolidación.

 

El comercio de la barrilla comienza a decaer ya desde los inicios del siglo XIX debido a la progresiva utilización de procedimientos químicos para la obtención de sosa. A mediados del siglo su comercio se arruina.

 

Los primeros años del siglo XIX son de crisis en la zona. En 1802 se produce la ruptura del embalse de Puentes. Lorca se ve invadida por las tropas francesas y sufre epidemias de fiebre amarilla en 1811 y 1812. La crisis tuvo una menor incidencia en Águilas aunque en 1816 la población disminuye debido a la fiebre amarilla que tuvo lugar en 1812. La población no es invadida ni saqueada por los franceses y mantiene un cierto dinamismo económico. Tras este bache, continúa su crecimiento, aunque lento.

 

A partir de los años cuarenta la situación experimenta un cambio favorable con el inicio de la MINERIA que dará lugar a un espectacular dinamismo económico y demográfico durante la segunda mitad del siglo XIX. Este período abarca desde la década de 1840 hasta la de 1920. La población registra un rápido e importante incremento, pasando de los 4000 habitantes de 1838 a los más de 17000 de 1920.

 

Las principales fuentes de economía consisten en cebada, barrilla, sosa, frutas y hortalizas; también s coge trigo, miel y esparto; abunda el ganado cabrío y lanar, además del vacuno, mular y asnal que se emplea en las labores. En el término se han denunciado varias minas de plomo, especialmente en el Lomo de Bas, de escorias, y alguna de cobre, IND.: seis famosas fábricas en las que se funden y copelan los muchos y ricos metales que se explotan en las sierras Almagrera y Lomo de Bas, (…) en estas fábricas se ocupa mucha gente, así del país como de otros puntos, y también en hilar esparto. Y en las pesqueras del bonito, atún, sardina, mero y otros muchos pescados muy exquisitos, que se cogen en la almadraba que se hace en COPE y en Cala bardina.  El principal comercio consiste en la exportación de trigo, cebada, sosa, barrilla y esparto, además de otros varios artículos de entrada y salida (…).

 

Con la agricultura moderna de regadío, desde la década de 1960 hasta la actualidad, decae el esparto, comienza un nuevo período de crecimiento de la población que aumenta desde los 17.389 habitantes hasta los 20.595 que aparecen registrados por el Censo de Población de 1981.

 

A partir de esta fecha sigue aumentando el crecimiento de la población y la economía se centra en:

 

  • La pesquera: traíña, arrastre, marrajera.

  • Los talleres de RENFE.

  • La agricultura: tomate y lechuga.

 

 

Fuente: Fondo Nacional del Esparto

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